jueves, 4 de diciembre de 2008

Convivencia escolar: metodologias de trabajos.


Escolares agredidos por sus compañeros, profesores que se sienten sobrepasados por sus cursos y consecuentes problemas de aprendizaje y rendimiento han pasado a formar parte de la realidad cotidiana en el sistema educacional chileno.
¿Qué hacer cuando hay investigaciones que revelan que el 75 por ciento de los niños han sufrido o sufre violencia intrafamiliar en Chile (Unicef) o que a la mayoría de los profesores les molesta que en su forma de hablar y de actuar los estudiantes no respeten a sus profesores y compañeros?
"Es verdad que los índices de violencia escolar puede ser altísimos, y que si los adultos recuerdan sus tiempos de colegio, también ocurrían agresiones", expresa el profesor de la Universidad de Playa Ancha, Patricio Calderón Muñoz. "Pero llega el momento en que uno se pregunta qué se hace ahora, cuando conocemos la realidad y los diagnósticos están hechos".
Por eso, su libro "Los conflictos entre profesores y alumnos", editado por la facultad de Educación de esa casa de estudios, en conjunto con el Proyecto Mecesup UPA 0102, es esencialmente propositivo.

CONOCIMIENTO Y APRENDIZAJE

Gestado a partir de una pasantía académica que el autor realizó en París, en 2005, financiada por el mencionado proyecto sobre "Optimización de la calidad de la Docencia y de las Competencias Personales y profesionales de los Alumnos de las Carreras de Pregrado de la UPLA", y fruto de diez años de trabajo, el texto busca constituirse en una herramienta que ayude efectivamente a los profesores a gestionar los conflictos y contar con nuevas propuestas y modelos para enfrentarlos.
"Si observamos lo que acontece en nuestro país -comenta el autor, acerca de sus motivaciones para elaborar este trabajo-, no es distinto a lo que sucede en el mundo entero en materia de aumento de los índices de violencia. Mi preocupación es que muchas veces esa violencia repercute o se transfiere a la sala de clases por distintas razones. De ahí que el tema de la investigación sea el de los conflictos que se producen entre profesores y alumnos, porque esa es una de las causas principales de violencia escolar o agresión en la sala de clases".

-¿Por qué tantos alumnos se comportan mal, son agresivos, promueven el desorden?
"En general, podemos decir que la mayoría de los alumnos que tiene conductas disruptivas, que tienen que ver con el desorden o que al profesor le molestan en la sala de clases, experimenta carencias, generalmente de afecto, de autoestima, de atención y amor en el sentido más amplio de la palabra. Son chicos a quienes muchas veces nadie ha escuchado ni enseñado a escuchar a los demás".

- No siempre los profesores están conscientes de las causas de las conductas agresivas o indisciplinadas.
"Cuesta generalizar. Los verdaderos profesores, muchas veces reconocidos como orientadores y maestros por sus propios alumnos, que no sólo enseñan materias sino impulsan el desarrollo personal de sus alumnos, conocen a sus estudiantes y obviamente saben cuáles son las posibles causas de su comportamiento. Aquel profesor que no se ha dado tiempo para trabajar con los alumnos en el campo del conocimiento personal, no tiene ninguna posibilidad de saber cuáles son esas causas"

EL HOGAR Y LA ESCUELA

- Si en la escuela se reproducen las conductas violentas que pueden proceder del ambiente familiar, ¿hasta dónde los profesores pueden tener control sobre esta situación?
"Las investigaciones nacionales e internacionales han llegado a un resultado que es reconocido: las variables afectivas dan cuenta de entre el 20 y el 25 por ciento del rendimiento de los alumnos en el colegio".
-¿Qué alcances tiene este resultado?
"Significa que si podemos construir junto a los alumnos un clima de convivencia sana, también es posible, sobre la base de ese fundamento afectivo, construir conocimiento o lo que se llama aspectos cognitivos".

PARTICIPACIÓN Y CONCIENCIA

-¿Cuáles son los desafíos o exigencias que esto plantea al profesor?
"El profesor no debería dedicarse a enseñar materias o contenidos si antes no ha sido capaz de construir junto a los alumnos un ambiente afectivo que les permita trabajar a conciencia y que los alumnos sean partícipes de una verdad que ellos mismos busquen. Muchas veces los chicos están solos en sus casas y las pandillas o grupos de amigos han sustituido a los padres, por lo que no tienen a alguien que les demuestre por lo menos cariño, amor, afectividad. Si van al colegio y se encuentran con que los profesores, al igual que sus papás, no los escuchan, entonces asocian aquello que está en la casa con lo que está en el colegio y muchos consideran que la escuela es una verdadera cárcel".

- ¿Pero cómo abordar esta situación si es muy difícil que las cosas cambien y los padres vuelvan a estar más en la casa?
"Hay soluciones viables. Por ejemplo, en muchos colegios se han trabajado estrategias donde los profesores se preocupan de dar al alumno un espacio para que pueda mostrar sus potencialidades y fortalezas, lo que en el fondo es esencial para que contextualice lo que va a aprendiendo y lo aplique en su vida. También he dirigido investigaciones donde hemos enseñado a los padres estrategias de aprendizaje para que ayuden a sus hijos a aprender, y está demostrado que de este modo a los niños les va mejor".

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