viernes, 5 de diciembre de 2008

Elaboración de Instrumentos de evaluación.


Es sabido que una de las problemáticas de la evaluación es la referida a la instrumentación. Como señala Wheeler (1976) estamos aún lejos de poder contar con instrumentos capaces de ofrecernos una información objetiva sobre los logros de aprendizajes en todo su espectro, por más que la instrumentación que se refiere a los conocimientos de la naturaleza cognitiva, esté más desarrollada.

En este sentido, es necesario desarrollar criterios de evaluación que, nos permita disponer de los suficientes datos para realizar juicios fundamentados sobre los procesos y logros de aprendizaje de nuestros alumnos.

Una manera de abordar el problema es tener claro en los procesos de la evaluación la diferencia entre lo que son los conocimientos, las aptitudes, las destrezas, las actitudes, etc.

Otra forma es la de tratar de desechar la subjetividad reinante en las técnicas y métodos que en ocasiones usamos.

También en la creación de instrumentos que permitan llevar a cabo evaluaciones completas, integradas, holísticas y objetivas.

Es necesario aunar el “criterio” de evaluación, ya no solo entre unidades educativas, municipios o regiones, sino dentro de los propios establecimientos, en los mismos ciclos o niveles.

Todo profesor que quiera evaluar el aprendizaje de sus alumnos debe saber diferenciar lo que es el aprendizaje superficial con el aprendizaje profundo.

Según Entwistle, Marton y Saljo, en Gipps, (1998, 37), explican que el aprendizaje superficial se da cuando el alumno es capaz de reproducir el contenido cuando se requiera, cuando manifiesta un desconocimiento de principios o modelos de orientación y cuando adquiere conocimientos en función de las pruebas en conjunto con la aceptación pasiva de ideas e información.

Las destrezas cognitivas que involucran un aprendizaje superficial tiene que ver con el identificar, reconocer, clasificar, etc.

El aprendizaje profundo es cuando el alumno tiene la intención de desarrollar la comprensión personal, cuando asocia ideas aplicando principios integradores de los contenidos, cuando elabora sus propias conclusiones de acuerdo a lo estudiado, cuando hace una interacción activa del contenido, sobre todo al relacionar nuevas ideas con conocimientos y experiencias ya adquiridos.

Las destrezas que se desarrollan en este tipo de aprendizaje están referidas a la interpretación, aplicación, al análisis, a la síntesis, al inferir, a la capacidad de evaluar y por supuesto en predecir.
Entre ambos tipos de aprendizajes, podemos ubicar el aprendizaje estratégico. Que es aquel referido al desarrollo de destrezas que le exijan al niño usar distintos procedimientos que lo orienten o le ayuden a tomar decisiones para llegar a un nivel más elevado de la comprensión y del aprendizaje. Destrezas tales como el comparar, discriminar, diferenciar, etc.

La elección de los instrumentos de evaluación adecuados y acordes a lo que se quiera medir le demanda al docente la tarea no sólo de usarlos, como un medio para probar los conocimientos que han alcanzado sus alumnos ,sino también ,que le permitan a estos, una mayor conciencia de desarrollar capacidades y destrezas para alcanzar aprendizajes de nivel superior.

Es así, que antes de elaborar una prueba el profesor debe tener en cuenta el tipo de aprendizaje que se desea medir en los estudiantes. Por ejemplo, para evaluar aprendizajes mecánicos o superficiales como la ortografía, la multiplicación, las relaciones numéricas, las fechas de acontecimientos históricos, la nomenclatura básica de una ciencia, etc. Pueden aplicarse pruebas de respuesta múltiple o de respuestas breves.

Para evaluar la comprensión, y estimular así un aprendizaje más profundo, es deseable la utilización de preguntas de desarrollo, de ítems interpretativos (combinación de textos con preguntas de elección única o desarrollo), monografías, informes de investigaciones y proyectos, mapas conceptuales, entre otras.

Lo importante es que en este tipo de evaluación el alumno pueda describir, interpretar, aplicar, explicar, sintetizar, analizar etc. (capacidades intelectuales asociadas a la comprensión), lo que ha aprendido durante el transcurso del proceso.

Estas formas evaluativos favorecen la posibilidad que el estudiante demuestre el tipo de relación y el contexto que le ha otorgado a los conocimientos aprendidos. Con el propósito de asegurar esta situación se hace necesario que el docente tenga plena conciencia acerca de cómo los estudiantes aprenden (el conocimiento de los estilos de aprendizajes de los alumnos es un desafío esencial para los profesores, Cfr, Salas, 1995), requiriendo para ello de evaluaciones formativas que aseguren la adquisición de los aprendizajes por parte de los alumnos. Después de tener claridad de esta situación, es posible aplicar evaluaciones con intencionalidad Sumativa para “constatar” los niveles de logro y su grado de concordancia o discrepancia con los objetivos del programa.

Es recomendable que en las pruebas que tengan esta intencionalidad algunas preguntas busquen detectar el dominio de la nomenclatura básica de la disciplina, otras que se orienten a la comprensión y otras a la aplicación de los conocimientos adquiridos.

Para que una prueba cautele esta situación se puede considerar como criterio de ponderación la distribución de las preguntas en la prueba, de tal forma que la mayor cantidad de ítems o preguntas esté cargado a medir el aprendizaje profundo, sin descuidar el hacer preguntas que midan el aprendizaje superficial y estratégico.

De esta manera, la aplicación de estos criterios ayudan a salvaguardar la preocupación permanente de evaluar más aprendizajes de carácter profundo que aprendizaje superficial. En suma, se debe desarrollar una evaluación que se preocupe de controlar los conocimientos memorísticos, pero también, y principalmente, evaluar las capacidades relacionadas con la comprensión, favoreciendo, además, la participación de los alumnos en la valoración de sus propios aprendizajes, constituyéndose en sujetos activos de su formación.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Método Evaluativo de Cronbach y Stufflebeam.


La evaluación en la actualidad es uno de los términos más usados en los más diversos ambientes de nuestra sociedad economista y profesionalizada.
En educación evaluar no es un concepto nuevo, se puede decir que es tan antiguo como el propio ejercicio educativo.
No obstante su antiguedad, la función evaluativa se conceptualiza por primera vez a lo largo de los años 30 y 40, con Ralph Tyler, quien la define como el proceso que tiene por objeto determinar en qué medida se han logrado unos objetivos previamente acordados.

La evaluación proporciona un medio para el continuo perfeccionamiento de un programa de educación, incluso para la comprensión en profundidad de los estudiantes, e incrementa la efectividad de las instituciones educacionales.
Un acontecimiento que supone un nuevo impulso a la evaluación eran los artículos de Cronbach (1963) <> y el de Screaven (1967) <>,, ambos autores considerados como los indicadores del gran desarrollo de la evaluación educativa de los años 60 y 70.

Método Evaluativo de Cronbach.

Nace en Fresno, 1916
Psicólogo Estadounidense, profesor en la Universidad de Stanford.
Propone a la evaluación como un instrumento al servicio de la mejora de decisiones para educar más certeramente.
Su propuesta se basa en ir evaluando a lo largo del proceso de la enseñanza y no sólo ante los resultados finales, como hasta entonces. Esto es, se pasa de evaluación de producto a evaluación de proceso.

Amplía el uso de técnicas, la observación sistemática, las entrevistas, las pruebas de ensayo, resultan ser objetivos muy importantes.
Aboga también por unos criterios de valoración que sitúa en los objetivos bien definidos mejor que en la comparación con otros grupos o cursos, es la evaluación con referencia a criterio.

Método Evaluativo de Stufflebeam.

Conceptualiza la evaluación como ayuda de los educadores para tomar y justificar decisiones que pudieran satisfacer mejor las necesiadades de los estudiantes. El evaluador no puede estar seguro de que sus metas son valiosas si no las compara con las necesidades de la gente a la que sirve.

Su propuesta se concreta en el modelo CIPP

C → Contexto
I → Insumo
P → Proceso
P → Producto.

Tipos de Evaluación, según Stufflebeam.

Evaluación de Contexto: Por la dimensionalidad de este aspecto sirve para tomar decisiones, para establecer la planeación: objetivos, medios relevantes, las necesidades detectadas y metas curriculares en función alcontexto social.

Evaluación de Insumo: Permiten estructurar todo el proceso y sistema de decisiones para establecer el diseño curricular: uso de recursos, especificación de procedimientos, requerimientos personales y presupuestos, etc.

Evaluación de Proceso: Se refiere al análisis de aspectos tales como la forma de interacción en la relación del proceso enseñanza – aprendizaje, uso de los materiales didácticos, el funcionamiento de la organización, y la relación de los factores que rodean el proceso.

Evaluación de Producto: Sirve para repetir el ciclo de decisiones tendientes a juzgar los logros no sólo del final de cada etapa del proyecto, sino del proyecto global.

Etapa del proceso de derivación curricular de la evaluación.

Dentro del marco de la derivación curricular la evaluación de contexto que es filosófica y social, pues describe los valores y metas de un sistema, se utiliza en la etapa de fundamentación de la carrera. La evaluación de proceso en cambio es relevante para determinar si la implantación de la organización y estructuración curricular propuesta se conduce de manera adecuada. La evaluación de entrada se realiza en relación con el proceso de desarrollo curricular, principalmente en las etapas de determinación del perfil profesional y de organización curricular. La evaluación de producto se refiere a la evaluación sumaria por medio de la cual se busca determinar si los resultados finales de todo el proceso son satisfactorias.

Modelo por objetivo. Ralph Tyler


Tyler dice que toda persona que tiene que diseñar un currículo tendrá que ir primeramente a tres fuentes:
los estudiantes
la sociedad
los requisitos del contenido,
Después se seleccionan los objetivos generales en forma tentativa, los cuales se pasan por un filtro, este filtro es la filosofía educativa y la psicología del aprendizaje.
Este autor menciona que toda institución está bajo una filosofía y un aprendizaje y los objetivos deben estar bien impregnados de todo el sistema en el cual se encuentra inmersa esa institución.
De ninguna manera los objetivos deberán de ser redactados alcanzando metas diferentes a la filosofía de la institución.

Después de que los objetivos pasan por el filtro se convierten en específicos y luego a instruccionales precisos,
Luego se escogen las diferentes experiencias de aprendizaje, se organizan, se implementan y luego se llega a la evaluación.

El modelo curricular de Tyler debe irse adaptando al grupo y a la realidad.
Su fin último es que se genere un aprendizaje y por esto su diseño parte de los objetivos y no de las actividades
Se considera que este modelo es un diseño curricular sistemático.

Las debilidades de este modelo son:
Culmina con la evaluación cuando la misma se tiene que hacer antes que se de la experiencia de aprendizaje, en la experiencia y posterior a ella
es decir, se evalúa el producto pero no se toma en cuenta el proceso.
Es un diseño lineal y muy vertical, por lo que da entender que si alguno de los elementos falla, no es posible que funcione el diseño en sí.

Michel Foucault


Una línea especialmente importante de la sociología del conocimiento deriva de la obra crítica de Michel Foucault. En su Historia de la locura en la época clásica (1961), afirma que las concepciones de locura y de lo que se consideraba "razón" o "conocimiento" estaban culturalmente determinadas, y a este respecto, refleja críticas similares de Thomas Szasz, en la época, uno de los máximos críticos de la psiquiatría. Foucault y Szasz coincidían en que los procesos sociológicos tenían un papel fundamental en la definición de la "locura" como "enfermedad" y en la prescripción de "curas" para la misma.
En El nacimiento de la clínica (
1963), Foucault extendió su crítica a toda la medicina científica moderna, en la que trata el metáfora conceptual central de la “observación”, con sus implicaciones en la educación médica, el diseño de prisiones y el estado carcelario.
Por último, en Las palabras y las cosas (
1966) y en La arqueología del saber (1969), Foucault introdujo los conceptos abstractos de mathesis y taxonomía. Según él, estos conceptos transformaron los estudios, propios de los siglos XVII y XVIII, sobre "gramática general" convirtiéndolos en la moderna "lingüística", la "historia natural", en la "biología" moderna, y el "análisis de la riqueza", en la "economía" actual. Todo ello, apuntó Foucault, sin pérdida de sentido. El siglo XIX transformó lo que había sido hasta entonces el conocimiento.
Quizá la más famosa y controvertida afirmación de Foucault ha sido que, según él, antes del siglo XVIII, "el hombre no existía". Los conceptos de
humanidad y de humanismo fueron invenciones o creaciones de esta transformación acaecida en el siglo XIX. Del mismo modo, se introdujo un prejuicio o sesgo cognitivo en la ciencia, al conceder total confianza a la capacidad del científico individual para ver y representar las cosas objetivamente. Este estudio aún sirve de guía para la sociología del conocimiento y se considera que está en el origen del postmodernismo.

Metodología cualitativa para recoger información

La fundamentación metodológica: las técnicas de investigación de carácter cualitativo cuentan con una amplia tradición en el campo de las ciencias sociales; se trata de una tradición que justifica la pertinencia de su aplicación en este caso:

Metodología cualitativa para la investigación en ciencias sociales: una "mediografía" orientativa

La metodología cualitativa implica, fundamentalmente, el análisis y comprensión del discurso producido por quienes se presentan como nuestro objeto de estudio. Una técnica que ha mostrado su enorme productividad en este análisis es la técnica del "análisis metafórico". Su promotor fundamental, miembro del equipo investigador de Discatif, nos ofrece una presentación de esta novedosa y singular técnica de análisis de los discursos

MODERNIDAD, PLURALISMO Y CRISIS DE SENTIDO


Entre el relativismo y el fundamentalismo, reacciones frente a la modernidad, Peter L. Berger y Thomas Luckmann plantean su propia posición. En este ensayo se sostiene que la crisis de sentido a que están expuestos los individuos en las sociedades modernas derivan principalmente del pluralismo moderno, que es un rasgo consubstancial a estas sociedades. Más allá de la coexistencia en la sociedad de distintos sistemas de valores y de sentido, este pluralismo se caracteriza por el hecho de que esos sistemas compiten abiertamente entre sí, con lo cual las interpretaciones incuestionadas de la realidad tienden a transformarse en hipótesis. Así, el individuo se ve obligado a escoger una opción, entre una multiplicidad de alternativas, en un mundo que se ha vuelto incierto y donde es imposible no admitir que las decisiones que hemos adoptado podrían haber sido diferentes. Por otro lado, los mismos rasgos estructurales que generan las condiciones para la emergencia del pluralismo moderno son también los requisitos de una larga serie de bondades de las sociedades modernas, como la prosperidad económica que genera una economía de mercado, el imperio del derecho, la tolerancia, la democracia política, etc. Lo anterior, sin embargo, no significa que las sociedades modernas experimenten crisis "generalizadas" de sentido, o que la gente no actúe conforme a valores morales que son válidos en sus comunidades de vida y de fe. Esto es así, advierten los autores, porque estas sociedades han desarrollado también instituciones que proporcionan orientación y sentido a nivel de la comunidad, aun cuando la sociedad como un todo no sostiene ni asegura ya un orden compartido de valores y actúa más bien como una instancia reguladora para los distintos sistemas de valores. Esas instituciones —como podrían serlo a veces la familia, las iglesias, las escuelas, las comunidades de opinión, las asociaciones locales de variados tipos, etc.—, además del papel orientador que desempeñan al transmitir patrones de comportamiento que liberan al individuo de la necesidad de "reinventar cada día el mundo", son aquellas donde, específicamente, las personas individuales contribuyen también a la producción y procesamiento de las reservas sociales de sentido. Los autores sugieren un programa modesto, pero realista: promover el desarrollo de las "instituciones intermediarias" que sustentan comunidades de sentido y de fe.

La anti escuela de Ivan Ilich


Ivan Illich, nacido en Austria, es sin duda el gran representante de la desescolarizacion, quien mas ha profundizado en su teorización y el que nos ha dejado una alternativa mas y mejor desarrollada. Illich propone como alternativa su tesis de la convivencialidad que se nos presenta como una pedagogía de la libertad y de la palabra. Para ello plantea dos tipos de soluciones: una de cariz tecnológico, ya que la escuela se sustituiría por un <<>> en donde todo el mundo tendría crédito. Esto se podría lograr gracias a los medios audiovisuales e informáticos. Junto con estas instituciones tecnológicas, Illich completaría la sociedad convivencial mediante un entramado juridico-economico, centrado en disposiciones legislativas que prohibiesen el monopolio que la escuela tiene sobre la instrucción. Su propuesta se centra en dotar a las familias de una <<>>, esta renta, a base de créditos podría ser consumida por el sujeto a través de toda su vida con lo que se establecería una libre concurrencia en la instrucción: <

En definitiva, pretende dotar a la sociedad de:
- Servicios para la consulta de objetos didácticos
- Lugares donde los sujetos podrían exponer sus ideas, sus dudas, desarrollar sus capacidades e intercambiar información y experiencias con sus semejantes.
- Redes de comunicación para entrar en contacto con otras personas interesadas en las mismas cuestiones de aprendizaje.
- Servicios de consejeros de educación a fin de asesorar a los usuarios acerca de los contenidos a aprender de acuerdo con sus intereses y objetivos.


En definitiva, Illich pretende suprimir de la educación todo aquello que signifique presión y coacción.